Habló de cosas muy sencillas: que está bien que una gaviota vuele; que la libertad es la misma esencia de su ser; que todo aquello que impida esa libertad debe ser eliminado, fuera ritual o supertición o limitación en cualquier forma.
- ¿Eliminado - dijo una voz en la multitud-, aunque sea Ley de la bandada?
- La única Ley verdadera es aquella que conduce a la libertad -dijo Juan-. No hay otra.
- ¿Cómo quieres que volemos como vuelas tú? -intervino otra voz-. Tú eres especial y dotado y divino, superior a cualquier pájaro.
-¡Mirad a Pedro, a Terrence, a Carlos Rolando, a María Antonio! ¿Son también ellos especiales, dotados y divinos? No más que vosotros, no más que yo. La única diferencia, realmente la única, es que ellos han empezado a comprender lo que de verdad son y han empezado a ponerlo en práctica.
Juan Salvador Gaviota - Richard Bach.
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