jueves, 12 de febrero de 2009

Energía vital.


Desde antiguo hay un equivalente al concepto energía vital en todas las culturas. Los griegos lo llamaban Neuma, los antiguos Hindúes Prana, y los chinos y japoneses Chi y Ki respectivamente.

Sin embargo no existe una palabra concreta en occidente que exprese la sutil naturaleza de este concepto en toda su magnitud, y por ello la llamamos –por llamarla de alguna forma- Energía vital.

Todas estas antiguas teorías hablan de lo mismo: de una energía sutil que recorre nuestro organismo, se acumula en ciertos puntos del cuerpo y cuya falta o exceso produce enfermedad o desarreglos tanto psíquicos como físicos.

En esencia un cuerpo sano sería aquel en el cual la energía fluye libremente y en el que individuo está libre de neurosis y emociones negativas –ira, preocupación, miedo, tristeza-. En base a esto por ejemplo nacieron terapias como el masaje energético, el yoga, el tai chi-chi kung o la acupuntura, esta última con una larga tradición de éxitos clínicos en diversos tipos de dolencias crónicas.

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